El objetivo de las marcas ha cambiado, ahora las marcas, más que nada, son distribuidores de experiencias. ¿Cómo hacer que nuestra marca también lo sea?
Los productos se convertirán en exclusivamente un medio para facilitar experiencias al cliente y lograr que estas sean cada vez mejores. Los medios de transmisión de publicidad han cambiado y la misma publicidad también. No se trata de enseñar al público el valor de nuestro producto o servicio que le ofrecemos, sino de transmitirles nuestro branding y hacerlos parte de él.
Objetivo: distribuir experiencias a través del contenido
La experiencia tiene que ser
- Congruente: tiene que ofrecer una experiencia coherente.
- Premeditada: hay que tener en cuenta que esta experiencia marcará a nuestro cliente, es necesario especificar qué impacto queremos generar en él.
- Distintiva: nos ayudará a competir con las demás marcas.
- De calidad: para que la experiencia satisfaga el valor esperado por el cliente, desde lo básico, hasta lo esperado, lo deseado y lo máximo.
- Fidelizadora: al crear en el consumidor una mayor confianza en la marca lograremos incrementar el público satisfecho.
Puntos a contemplar para la construcción de una experiencia de marca
- La experiencia. Esta tiene que ser acorde a lo que representa la marca y nuestro público.
- La apariencia. El diseño del producto influye en la experiencia del cliente.
- Las comunicaciones. La comunicación de la experiencia se debe realizar por los medios más adecuados para ella.
El mayor secreto para tener éxito en el nuevo panorama de la publicidad de las marcas es entender que los nuevos consumidores son más apegados a las experiencias e historias que a los productos en sí, por lo que deberemos generar contenidos con esta clara finalidad.