Las plataformas de Crowdfunding apelan al financiamiento social de proyectos personales o colectivos, convirtiéndose en poderosas herramientas de start-up.
Crowdfunding ha evolucionado más allá de sus propios límites, para convertirse en una tendencia global 2013, en la que participarán sin dudas los muchos emprendedores que buscan desarrollar sus proyectos.
Pero ¿De qué se trata todo esto? Pues, es la combinación entre el concepto de “red social” y “sistema de apuestas”, donde los desarrolladores presentan su propuesta, abriendo paso a la financiación por parte de followers, auspiciantes independientes o simples fans que quieren ver terminado el proyecto por algún motivo.
Es claro, por eso, que no existe un motivo fijo para lograr la financiación social, pero lo cierto es que esta flamante tendencia ya es todo un boom aprovechado por creativos de toda clase.
Las áreas más influenciadas por esta cultura del financiamiento social son múltiples, pues incluyen a cada grupo de clientes o desarrolladores de igual manera, sin importar ubicación geográfica o rama de la industria afectada.
En particular, esta tendencia será una evolución interesante para las proyectos sin fines de lucro, ya que pone el poder de recaudación de fondos en las manos de programas de inclusión social o de protección del medio ambiente, por ejemplo.
Así, el Crowdfunding (financiamiento en masa) puede sin lugar a dudas reemplazar la necesidad de que las solicitudes de subvención especializados u otras técnicas de recaudación de fondos más formales y tradicionales, con herramientas más informales y ágiles, pero de gran alcance, con enfoque basado en la participación de los usuarios web.
El Crowdfunding, al igual que el crowdsourcing, está muy relacionado con las comunidades digitales y con las redes sociales.
En este sentido, el poder de influencia sobre la multitud es el principal factor para lograr el éxito en la recaudación inicial, para el montaje de un start-up, por ejemplo.